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LA HISTORIA DE LA

FAMILIA THOMPSON

Harry J. Thompson era hijo de una adinerada familia de negocios dedicados al cultivo de maíz en el Estado de Kansas en Estados Unidos. Pocos años antes de entrar en 1900, Harry conoció a una campesina llamada Helen de origen Irlandés que sus padres habían contratado para la nueva temporada de recolección. Un año más tarde y tras la negativa de la familia Thompson, los jóvenes Harry y Helen contrajeron matrimonio y se construyeron una lujosa casa cerca de las tierras familiares.

                                     

Fruto del matrimonio, nacieron 9 hijos y vivieron muy felices puesto que era una de las familias más envidiadas del Estado. La familia Thompson hizo lazos muy estrechos con grandes personalidades de la política y tenían muy buena relación con todos sus vecinos. En la casa había un servicio formado por el mayordomo Tim Alan, un excombatiente de la guerra hispano-estadounidense y el que era la mano derecha de Harry; Era alto, muy delgado y con un espléndido sentido del humor. La señora Astrid McPhee, la niñera, llevaba con el matrimonio desde el nacimiento de la primera hija y siempre vestía de negro y al contrario del mayordomo, Astrid era muy arisca y con un carácter un poco especial. Astrid y Tim formaban matrimonio desde hacía 15 años y no tenían hijos. La familia Thompson tenía muy buena relación con el Doctor Hultin, un célebre médico que estudió en la universidad de Johns Hopkins y vivía en Lancaster. La hija mayor, Elisabeth le encantaba preparar suculentos platos de comida para toda la familia; ella quería seguir los pasos de su padre, pero Harry y Helen se negaron una y otra vez, puesto que no querían que fuera una mujer la que llevara los negocios de la casa.

 

Los únicos hijos varones eran muy cariñosos. A Peter le encantaba hacer trastadas a todo el que venía a la casa, incluida la misma familia y Arthur se ponía máscaras y pelucas y se disfrazaba para asustar a sus hermanas mayores. Las adolescentes Alice y Margaret, fueron junto Elisabeth educadas para ayudar a su madre y a Astrid en las tareas de la casa y con los más pequeños. Tendían la ropa, ayudaban a cocinar, limpiaban el porche...y lo mejor de todo es que ellas estaban encantadas.

La pequeña de la casa, Janette, era muy querida por todos pero tenía un carácter muy introvertido lo que le hizo tener una gran obsesión con los peluches y pasar mucho tiempo con ellos.

 

Todo parecía que la unidad familiar era la envidia del Estado, puesto que formaron una gran familia y su estabilidad económica era alta con los negocios que John cerraba con Estados vecinos como Misuri y Oklahoma. Tras dar a luz a su última hija Janette, Helen comenzó a tener comportamientos extraños, como visiones, alucinaciones o terrores nocturnos. Una noche Astrid vio como helen degollaba a una vaca en el pajar susurrando palabras sin sentido. John abrumado por la situación decidió llamar al Doctor Johan Hultin, el cual no supo diagnosticar lo que le estaba ocurriendo a su mujer pero le recetó varios fármacos que le ayudarían a calmar su ansiedad.

 

Después de un duro día de recolecta, mientras los esclavos acababan su jornada, la familia Thompson disfrutaba de una tarde agradable tomando una limonada en el porche de su Granja y tras una cena todos unidos cada miembro marchó a descansar a sus habitaciones. Alrededor de las 2 de la madrugada Helen se despertó  y comenzó a escuchar unas voces en su cabeza que no paraban de susurrar:

 

-Mátalos!, mátalos!, mátalos!....

 

Acto seguido, Helen se levantó de la cama y siguiendo las voces subió el desván, la Luna llena lo iluminaba casi por completo, dejando una esquina en la penumbra donde ella podía percibir una fuerza maligna en forma de sombra abrumadora.

 

-Mátalos Helen!. Mátalos, ellos deben morir como murieron los hijos del demonio!!!! Acaba con toda tu familia.

 

Poseída por esa fuerza maligna, bajó de inmediato a la cocina y cogió un cuchillo afilado, se dirigió al cuarto donde dormía junto a su esposo, él fue el primero, un corte seco en la yugular le dejó tendido en la cama llena de sangre.

Sigilosa se dirigió a los dormitorios y prosiguió así con su despiadada y terrible hazaña, no dejando a ningún miembro de su familia vivo, asestando una y otra vez puñaladas por todos los cuerpos. Ni siquiera a su pequeña y querida Janette que dormía agarrada a su osito. Una vez acabó con la vida de los suyos se dirigió a la casa del servicio, abrió la puerta de la habitación del mayordomo y le asestó una puñalada en la cabeza. Acto seguido fue a la habitación de la niñera, pero ésta se había percatado de lo ocurrido y estaba llamando al Doctor Hultin.

 

Astrid corrió a la casa, y empezó a gritar, cuando se percató que algo no marchaba bien, nadie respondía y al abrir la luz vio las paredes y las escaleras llenas de sangre, allí tendida en el suelo de hall estaba Elisabeth tumbada boca abajo rodeada de un charco de sangre. Apagó la luz y se acercó a la mesa donde estaba el teléfono, lo cogió y marcó el teléfono del Doctor Hultin. En ese momento escuchó pasos, atemorizada le estaba explicando lo ocurrido y de repente recibió un fuerte golpe por la espalda; Helen le había clavado el cuchillo. La dejó desangrándose mientras salía al camino. A los diez minutos unas luces de lejos se acercaban a la Granja, era el Doctor Johan Hultin con su ACE de 6 cilindros. Al bajar del coche y perplejo se acercaba a la casa, muchas de las luces estaban abiertas. Al subir al porche, Helen le asestó un hachazo en la pierna seguido de otro en la espalda.

Tras dichos crímenes, se suicidó, ahorcándose en un ciprés del jardín acabando así con esa terrible pesadilla.

Después de una intensa investigación, los padres de Harry Thompson pudieron celebrar los funerales el 31 de Octubre de 1920, tres días más tarde en Topeka, la capital, de donde provenían los Thompson. El ayuntamiento les ofreció un tributo a toda la familia. Astrid y Tim fueron enterrados en atchison y el Doctor Johan en Lancaster. Los padres de Harry vendieron sus tierras y las de su hijo a una familia de Kentucky, los cuales también vivieron un suceso muy parecido.

DANIEL GARCÍA, 2015

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